El flujo genético es la transferencia de genes entre poblaciones, consecuencia de la dispersión de gametos o de la migración de individuos.
Este fenómeno desempeña un papel evolutivo significativo en todos los organismos, y dependiendo de las tasas de flujo genético, el mecanismo induce la diversidad genética o genera homogeneidad genética entre las poblaciones. Cuando la tasa de flujo genético es baja, la introducción de nuevos alelos en una población genera diversidad genética. Por otro lado, una tasa alta de flujo genético reduce la variación genética entre las poblaciones, aumentando la homogeneidad.
La movilidad es un factor crítico que afecta a la tasa de flujo genético entre poblaciones. Los organismos más móviles tienen mayores posibilidades de contribuir al flujo de genes a través de la migración. Los organismos sedentarios como las plantas también pueden facilitar el flujo genético a través de su polen y semillas que son transportadas a distancia por animales o por el viento. Sin embargo, la migración en sí misma no siempre garantiza el flujo genético – debe ir acompañada del intercambio de genes o material genético entre el residente y los individuos migrantes.
Las barreras físicas y reproductivas pueden impedir el flujo genético. Por ejemplo, la especiación alopátrica ocurre cuando las barreras geográficas aíslan a las poblaciones de la misma especie, restringiendo el flujo genético. Cuando se eliminan estas barreras, si las poblaciones han divergido lo suficiente mientras estaban separadas como para que ya no puedan producir descendencia viable con un miembro de la otra población, pueden clasificarse como especies separadas.
El flujo genético asistido por humanos puede ayudar en el rescate genético. Una tasa alta de endogamia en poblaciones pequeñas disminuye la diversidad, reduce la aptitud y aumenta el riesgo de extinción. La introducción de individuos u organismos no relacionados a través de la interferencia humana puede reducir el grado de endogamia, mejorar la diversidad y, por lo tanto, aumentar la aptitud general.
La evolución solo puede suceder si hay variación genética
en una población a través del tiempo.
Un mecanismo que contribuye a esta variabilidad
es el flujo genético, la transferencia de variantes genéticas
entre las poblaciones.
La transferencia de genes sucede cuando los organismos se mueven
de una población a otra.
En algunas especies, solo los gametos
se mueven entre las poblaciones, como el pólen de las plantas que se distribuye
con el viento o los animales.
El flujo genético puede insertar nuevas variantes genéticas o cambiar
la frecuencia de las variantes genéticas existentes en una población.
A diferencia de la selección natural, que promueve constantemente rasgos
que permiten la supervivencia y la reproducción,
el flujo genético puede aumentar o disminuir
la incidencia de rasgos adaptivos.
Por ejemplo, los mosquitos migratorios pueden
esparcir una variante genética, o alelo, que les da resistencia
a los insecticidas.
Por lo tanto, los mosquitos con el nuevo alelo
sobreviven y se reproducen con mayor éxito.
Por otro lado, la inmigración
de grandes páridos a la isla de Vlieland
demuestra como el flujo genético puede ser perjudicial.
las aves que migran del continente tienen genes
que permiten una mayor ova, mientras que las aves de las islas
tienen una selección de genes para ovas más pequeñas.
En el centro de Vlieland, donde la inmigración es tres veces más alta,
la población de páridos tiene una tasa de supervivencia más baja
que en el Este de Vlieland, en donde
las migraciones son menores.
Con el tiempo, el flujo genético tiende a reducir las diferencias genéticas
entre las poblaciones, lo cual a veces causa un acervo genético común.
Cuando el flujo genético se restringe, las diferencias genéticas
se amplifican con el tiempo.
Hace millones de años, al descender los niveles océanicos
se formó el Istmo de Panama, el cual conecta
América del Sur y el Norte.
El resultado fue la separación de cruzas
de poblaciones marinas.
Las poblaciones en cada lado del istmo
continuaron reproduciendose entre sí,
sin cruzarse.
Mutaciones diferentes al azar surgieron en las poblaciones separadas,
y las condiciones ambientales causaron que rasgos diferentes
se eligieran naturalmente.
Con el tiempo,se manifestaron diferencias genéticas
en los rasgos reproductivos, y esto produjo distintas
especies que ya no podían cruzarse a pesar de la proximidad.
Por lo tanto, el flujo genético es un mecanismo de evolución poderoso
que puede tanto aumentar la diversidad genética
de las poblaciones individuales como restringir las diferencias
genéticas entre ellas.
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