- Los árboles filogenéticos
representan las relaciones
evolucionarias entre organismos.
Las relaciones adoptan
la forma de un árbol
con puntas, ramas, nodos y una raíz.
Las puntas de los árboles
representan taxones
existentes o vivos.
Y las ramas denotan cambios evolutivos
entre antepasados y
descendientes, como el cambio
en la secuencia de ADN, o la evolución
de una característica como las plumas.
Grupos que comparten un
antepasado común inmediato,
taxón hermano, son sus
parientes más cercanos
y comparten nodos, puntos
de encuentro de ramas,
como lagartijas, pájaros,
roedores y humanos.
Un nodo basal corresponde al
antepasado común más reciente
de todos los organismos en el árbol.
Los árboles filogenéticos
agrupan organismos descendientes
de un antepasado común.
Cuando un grupo contiene el
antepasado común más reciente
y todos sus descendientes,
se llama un clado
o un grupo monofilético.
Por ejemplo, todos los
vertebrados vivos con plumas
se consideran pájaros.
Un grupo parafilético incluye
una especie ancestral común
y algunos de sus descendientes.
Por ejemplo, los animales
escamosos de 4 patas son reptiles
con exclusión de mamíferos y aves.
Históricamente, los biólogos
también han clasificado
algunos organismos como polifiléticos.
Esta denominación abandonada
agrupa a los organismos
que no comparten un
antepasado común inmediato.
Por ejemplo, los insectívoros
no tienen dientes,
mamíferos que se alimentan de insectos.
Las relaciones evolutivas
entre los organismos
puede determinarse comparando
los datos morfológicos
o rasgos genéticos.
Para construir árboles
filogenéticos precisos,
los científicos usaron métodos
como la máxima parsimonia
y máxima probabilidad.
Usando la máxima parsimonia,
uno asume la menor cantidad
de cambio entre organismos.
Considere el arreglo de
alces, salmones y ballenas
en un árbol filogenético.
Tanto el salmón como la
ballena son animales marinos.
Parecería la explicación más simple
que el salmón y las ballenas
son un grupo monofilético.
Una mirada más cercana a su
anatomía, sin embargo, revela
que la ballena y el alce
están más relacionados.
Poner a los alces y a las
ballenas juntos supone
menos cambios evolutivos, un
escenario menos complicado
que es el objetivo del análisis
de la máxima parsimonia.
Un enfoque alternativo,
máxima probabilidad,
tiene en cuenta que no
todas las modificaciones
son igualmente probables.
Así que uno puede construir
un árbol filogenético basado
en el escenario más probable que conduzca
a los organismos observados.
Por ejemplo, los
científicos que construyen
el árbol filogenético de
las secuencias de ADN,
podría tener en cuenta que la adenina
es más fácil de reemplazar
por guanina que por tiamina.
Sofisticados algoritmos
informáticos ayudan a construir
árboles filogenéticos más
parsimoniosos y más probables.