– [Instructor] La membrana celular funciona como una barrera. Manteniendo ciertas moléculas e iones atrapados adentro de la célula y manteniendo otros afuera. Una característica de esta división de recursos dentro y fuera de la célula es la conservación de un gradiente electroquímico. Los iones que son críticos para la función celular, incluyendo al sodio y al potasio, no pueden disiparse a través de la membrana, sino que se mueven a través de canales y transportadores. En condiciones normales, generalmente hay más sodio en el exterior de una célula que en el interior. Esto crea un gradiente químico o de concentración donde el sodio fluiría a través de la membrana celular desde afuera hacia adentro si se le concediera una ruta. Por el contrario, hay una menor concentración de potasio afuera de la célula y más potasio adentro. Entonces, su gradiente químico es inverso al gradiente de sodio. Sin embargo, la concentración de iones no es el único factor que crea un gradiente a través de la membrana celular. La separación de iones y moléculas con cargas positivas y negativas también significa que hay un gradiente eléctrico presente. La prevalencia de iones de sodio cargados positivamente fuera de la célula y la abundancia de proteínas cargadas negativamente en el interior son dos factores principales que contribuyen a la diferencia general de la carga a lo largo de la membrana. El transporte activo utiliza energía para mantener el gradiente electroquímico a través de la membrana celular con proteínas de membrana especializadas que mueven iones en dirección contraria a sus gradientes electroquímicos. Sin embargo, bajo condiciones específicas, los iones pueden moverse de acuerdo a sus gradientes. Generando energía para procesos como el transporte de glucosa y proporcionando un medio para que células especializadas como el corazón, los músculos y las neuronas generen impulsos eléctricos.